Hay momentos mágicos, que son un regalo. Yo me siento afortunada como docente de poder formar parte de ellos...
Hoy comparto con vosotros algunos de ellos:
Hablando con M. me cuenta que por la tarde iría a montar en pony, actividad que le encanta. Yo le digo, "me gustaría mucho ir a verte un día, pero no sé si sabré llegar", a lo que ella me responde...."Es muy fácil, sigue el camino de las flores violetas"...
Y yo me pregunto, ¿cuándo fue la última vez que me fijé en las flores del camino?
Otro día...
Encuentro una sudadera en el patio. Pregunto a un grupo de niños que están cavando en el patio, ¿es vuestra? Los 3 me responden que no....seguiré buscando les digo...A.J. en ese momento me dice, espera...déjamela. Se la doy y LA HUELE, me dice...es de D.
Guauu...la huelo y digo, Siii, es cierto, es su olor....
¿En qué momento dejamos de fijarnos en estos detalles?
Esto solo puede pasar cuando existe un tiempo y un espacio para dar importancia a lo verdaderamente importante...